jueves, 9 de julio de 2009

Con Internet se cura, se come y se enseña

Para el empresario argentino de origen marchigiano Carlos Pallotti, de Lupa Corporation, la gripe A confirma que el acceso a las facilidades digitales es casi indispensable para muchas actividades

La lamentable presencia de la pandemia producida por el virus de la influenza A, nos deja una serie de enseñanzas relacionadas con la inserción y la agenda digital. La realidad ha demostrado ser más fuerte que todo lo que podríamos decir al respecto. Analicemos un poco este tema.
La gripe está entre nosotros lamentablemente, y unas de las medidas recomendadas es que las personas permanezcan en sus hogares, especialmente aquellas que pertenecen a grupos de riesgo o posibles portadores involuntarios del virus.
Durante años, muchas personas y entidades relacionadas con el sector de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) hemos venido hablando de la relevancia que tiene para nuestro país apoyar iniciativas destinadas a reducir la brecha del acceso a Internet, o motorizar una agenda o plan de trabajo digital. En algunos casos, han existido opiniones intentando minimizar esto, por el hecho de provenir de personas relacionadas directa o indirectamente con intereses sectoriales. Nada más alejado de la realidad. Y es en el contexto de una epidemia como la presente, donde se producen esos raros fenómenos donde la realidad demuestra contundentemente que lo postulado es (y era) no solo acertado sino muy necesario.
Efectivamente, en estos días, donde se adelantan vacaciones, se amplía la feria judicial, se dispensa a los grupos de riesgos a concurrir a sus trabajos, y genéricamente se recomienda a las personas moverse poco a fuera de su morada, es donde se demuestra que el acceso a las facilidades digitales, mediante el uso de Internet, se torna ya no recomendable, si no casi indispensable para poder mantener un ritmo lógico de actividades.
El ministro de Salud, Juan Manzur, anuncia que el estado de situación día a día estará disponible por Internet en la página del ministerio (
http://www.msal.gov.ar), así también como la información actualizada sobre las medidas que deben adoptarse. El Ministerio de Educación presentó una serie de programas especiales para que los niños puedan estudiar en sus casas por Internet. Lo mismo ocurre con empresas especializadas en e-learning (tal el caso de Aula365 de Competir). Muchos profesores y maestros establecieron mecanismos de colaboración con sus alumnos mediante emails y blogs para poder mantenerlos activos durante este inesperado receso.
Los padres han descubierto que sus archienemigos, los videojuegos, se han convertido en una herramienta muy útil para retener a los chicos en casa y paliar el temible "…estoy aburrido…". El comercio electrónico aumentó por la demanda de compradores que no desean tener un contacto físico con otras personas. El home-banking demostró el enorme beneficio que implica poder hacer casi cualquier clase de transacción sin ir personalmente a los bancos. Muchos usamos las ventajas de la tecnología para trabajar desde nuestras casas, cuando las profesiones u oficios lo permiten, y conozco varias empresas que revisaron las políticas aplicables al teletrabajo, como forma de facilitar a sus empleados el quedarse en sus hogares. Y así podríamos seguir por un buen rato.
En suma, tanto el acceso a Internet, como conocer el uso de los servicios que allí se brindan, permiten que ante situaciones complejas como la presente, la vida cotidiana no se vea alterada y nos podamos mantener activos a pesar de la epidemia.
Claro que esto es para quien tiene acceso a estas facilidades y la disponibilidad de la conectividad adecuada. Y este es un área donde hay mucho aún por hacer.
La realidad nos está demostrando, una vez más, que todo lo que sea impulsar el acceso de las personas a estas tecnologías, sin dudas les permitirá tener una mejor calidad de vida, y facilitará la sustentabilidad de la actividad económica del país, aun que se den situaciones complejas como la actual.
Pero para quienes analizamos los fenómenos ligados a las tecnologías de la información, nos deja algunas enseñanzas adicionales, sobre las cuales vale la pena reflexionar.
La primera de ellas está ligada al uso de internet y los teléfonos móviles. En los últimos años, la proliferación de los teléfonos celulares, nos llevó a pensar que tal vez este era dispositivo indicado para reducir la brecha digital. Sin dudas tienen mucha incidencia y permiten una aproximación rápida al tema, pero lo visto en estos días muestra que resultan insuficientes para responder a la demanda de trabajar o estudiar en casa. Al menos en su modalidad básica. En este sentido, queda totalmente demostrado, que la combinación de PC+Internet-banda ancha, es la única que permite dar respuesta adecuada al tema, al menos con las posibilidades actuales.
Otro punto que nos deja esta situación, está relacionada con el rol de los cibercafé. Como han demostrado autores como Alejandro Prince y Susana Finquelievich, cumplen un rol social interesante, pero no es sino la disponibilidad de equipos en las propias casas de las personas, las que le permiten desarrollar sus actividades cabalmente. Pueden ayudar primariamente, pero no dar auténticas soluciones.
Y finalmente algo paradójico. Podemos aprender, comprar, consultar, pagar, cobrar, trabajar, etc., etc. Una sola cosa no es posible hacer: Votar. Allí debemos volver a los antiguos mecanismos de listados, planillas, lapiceras, sellos y recuento a mano, casi como a inicios del siglo XX cuando se aprobó la ley del voto obligatorio en Argentina. Pero ya hablaremos de esto en otra ocasión, porque el tema tiene muchas aristas interesante mirándolo desde la industria.
En resumen, la gripe nos mantiene en casa. Por suerte Internet nos permite mantenernos activos, y de alguna manera parodiando al líder político recientemente fallecido, nos permite “curar, comer, y educar”.

Carlos Pallotti es presidente de Lupa Corporation y presidente honorario de la Cámara de Empresas de Sofwtare y Servicios Informáticos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario